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DESARROLLO DEL
MUSEO MINERO
DE LA UNIÓN

Conoce el proceso de desarrollo del edificio con mayor detalle, a través de una pieza audiovisual con contenidos grabados durante más de dos años, y narrada directamente por sus protagonistas.

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Pedro López Milán

ALCALDE DE LA UNIÓN

La reinauguración del Museo Minero de La Unión es un “Ara Pacis” para todas aquellas personas que estuvieron trabajando en la mina. La integración del Antiguo Liceo de Obreros junto al edificio anexo de nueva planta es el homenaje más importante a la memoria colectiva de todos aquellos que hicieron posible lo que La Unión es hoy.

Nunca los promotores de ideología masónica de este edificio, finalizado en 1910, imaginaron su extensa y variada vida hasta la actualidad. La construcción ha albergado la sede de la Cocina Económica o el primer instituto de Formación Profesional del municipio.

La reinauguración de este edificio supone un hito importante para nuestra ciudad porque, por tercera ocasión en nuestra historia reciente, estos muros van a albergar el Museo Minero. La enciclopedia Espasa Calpe recogía que en este museo ya se conservaba a principios de siglo la mayor colección de minerales que se conocía en la época y que, por razones desconocidas, se trasladó hasta Inglaterra.

El nuevo Museo Minero supone un audaz ejercicio constructivo que volverá ser referente nacional y del que se harán eco las publicaciones de vanguardia de arquitectura, museografía y patrimonio cultural. Lo harán por la originalidad de su planta y su recorrido a modo de galería que penetra en la profundidad de la roca. También por albergar piezas únicas y claves para la historia de la minería, con elementos tan singulares como el último malacate conservado en la península ibérica.

José Manuel Chacón Bulnes

ARQUITECTO DEL EDIFICIO DEL MUSEO MINERO DE LA UNIÓN

En el año 2016, el Ayuntamiento de La Unión me llamó para que resolviera unos problemas que la Dirección General de Patrimonio Cultural había puesto a un proyecto de rehabilitación del Liceo de Obrero, redactado por otro arquitecto, porque no cumplía varios requisitos en cuanto a la conservación del edificio histórico proyectado por Pedro Cerdán en 1902. Desaparecían las cubiertas de teja y varias de las ventanas originales. Cuando estudiamos el proyecto de rehabilitación del Liceo apreciamos que se podían mejoras sus prestaciones funcionales dándole, literalmente, “la vuelta”. El proyecto que se nos entregó ubicaba el museo a nivel de rasante, en planta baja y las oficinas de turismo en el sótano, con lo cual, para conseguir oscurecer el espacio expositivo del futuro museo, se condenaban los 29 huecos originales, ventanas y puertas, lo que impedía que el edificio respirase. No dejaba de ser chocante que el espacio de oficinas que debían ocupar los funcionarios se ubicara en el sótano, allí donde apenas hay luz y ventilación natural. Así que le dimos la vuelta: trasladamos a la planta baja las oficinas, lo que permitió la apertura de todos los huecos originales, con lo que las ventanas recuperaban su función de ventilación e iluminación; y nos llevamos el museo al sótano, donde abunda la necesaria oscuridad que permitiera el montaje museográfico. De hecho, cuando el visitante baje las escaleras que le dirigen al museo, este experimenta la acción de “bajar” a la mina.

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Este cambio originó un nuevo espacio expositivo en el mismo corazón del vestíbulo del edificio donde pensamos que debía ubicarse una pieza única y extraordinaria: el malacate, último de estos artefactos, precursor del castillete, que poblaba antaño el paisaje de la sierra minera. Entendimos que el edificio debía diseñarse para alojar o cobijar en su regazo a esta fantástica pieza. De ahí que el techo que lo cubre se haya elevado por encima del forjado de cubierta, originando una abertura que actúa como lucernario.

En el exterior encontramos una fachada original renovada y restaurada a las cuatro calles y en una de las esquinas, podemos apreciar un gesto de arquitectura contemporánea. Justo ahí, donde el ayuntamiento adquirió una vieja construcción, se levanta la caja escénica alcanzando la altura necesaria por razones funcionales. Una suerte de cubos cubiertos con metal (chapa de zinc) se superponen, se maclan, como lo hacen los cristales de un mineral de pirita.

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Sonia Hernández Gómez

ARQUITECTA JEFA DEL AYUNTAMIENTO DE LA UNIÓN

El proceso constructivo del nuevo edificio del Museo Minero se ha dilatado en el tiempo por incontables imprevistos y circunstancias sobrevenidas. En 2011 se redactaba un primer proyecto que tuvo que ser modificado al no respetar parte de los elementos originales de la envolvente del edificio de 1910, obra del arquitecto Pedro Cerdán.

Después de tres contratos de licitación, paralizaciones por diversos motivos, proyectos modificados, varias prórrogas y todo ello sumado a los acontecimientos sucedidos en los últimos tiempos (una pandemia y una guerra que han provocado un considerable incremento de los costes de construcción, poniendo en riesgo la recta final del proceso), hemos culminado con éxito una obra que ha solventado con voluntad y esfuerzo no pocos imprevistos constructivos y económicos.

Fue un reto difícil pero el esfuerzo ha merecido la pena gracias a la inestimable ayuda y empuje de un gran equipo humano liderado por los arquitectos de la obra y de la musealización del edificio. Junto al Antiguo Mercado Público y la Casa del Piñón, este museo es un edificio referente para todos los unionenses por su estrecha vinculación con la minería, y para los visitantes, por su genialidad arquitectónica y el atractivo de su contenido.

Elena José Lozano Bleda

CONCEJALA DE CULTURA DEL AYUNTAMIENTO DE LA UNIÓN

El nuevo edificio del Museo Minero supone la culminación de un proyecto, que ha presentado numerosas dificultades durante los más de siete años que han durado sus licitaciones y obras de construcción. Cuando este Equipo de Gobierno llegaba al Ayuntamiento allá por 2015, fuimos requeridos para devolver la subvención. Ese fue el primero de los imprevistos. Y decidimos hacer un gran museo.

Después se nos pidió reformar un proyecto sin homologación ni autorización, ya que presentaba numerosas irregularidades y necesarios reparos. Bendita reforma. El arquitecto José Manuel Chacón tuvo la visión de reformular el proyecto por completo. Aceptamos su apuesta. Cambió toda la ubicación de plantas adaptando usos y espacios. El edificio se transforma. Se diseña un nuevo Museo Minero para el siglo XXI.

En este 2023 disponemos de un museo de vanguardia que alberga una colección de incalculable valor. Representa nuestro sentir y nuestra historia. Un patrimonio cultural y sentimental que el arquitecto Ángel Rocamora ha sabido proyectar introduciendo, por primera vez en su museografía, el importante papel de la mujer en la sociedad minera de La Unión. Es y será siempre un edificio emblemático que preserva nuestra cultura y nuestras raíces.

Desde la Concejalía de Cultura de este Ayuntamiento, agradecemos la inestimable colaboración de la Dirección General de Bienes Culturales de la Comunidad Autónoma de Murcia, por su experiencia y apoyo continuado en la puesta en valor de este museo. A la arquitecta municipal y al director de museos, nuestra enorme gratitud porque han hecho suyo el proyecto. No podría finalizar sin citar el magnífico proceso de restauración desarrollado por Mikel Landa sobre el último malacate minero, Bien de Interés Cultural desde 2018, y joya de la corona del Museo Minero de La Unión.

Ángel L. Rocamora Ruiz

ARQUITECTO DEL PROYECTO MUSEOGRÁFICO DEL MUSEO MINERO DE LA UNIÓN

Comenzamos a trabajar en un edificio preparado para albergar una pieza restaurada espectacular, el malacate. Partíamos de la colección de piezas del antiguo museo para la exposición, pero apareció este elemento, el malacate, expuesto en planta baja y conectado con el sótano del edificio, que nos adentraba en las entrañas de la mina, empujándonos hacia una dicción más contemporánea del discurso museográfico de la minería de esta tierra.

Hay que tener en cuenta que la principal aportación del edificio, de este nuevo museo, es su conexión con el territorio de La Unión, con sus paisajes y su arquitectura acompañando todo el recorrido museográfico a través de distintos niveles de comunicación. Un paisaje tan presente en el imaginario de los unionenses, pero que también puede representar una gran experiencia inmersiva para el visitante.

Es por esto por lo que hemos articulado una interfaz entre objeto, paisaje y memoria que concluye con la pieza en vitrina. Se trata de una transición del museo al territorio y del territorio al museo, un espacio que recrea estos horizontes y escenas reales de la Sierra Minera, y donde se enmarcan las piezas en su contexto histórico, económico, político y físico.

Más allá del objeto, el discurso museográfico contiene una alta carga social y emotiva, y da protagonismo a todas las personas que hicieron posible el surgimiento y desarrollo del municipio de La Unión. En este sentido, disponemos de una vasta cantidad de imágenes de trabajadores de la mina, mujeres, niños, familias migrantes que llegaron a estas tierras y que constituyen la memoria social de todos los unionenses. En definitiva, son testimonio de su pasado más reciente, con un componente social emocional muy potente vinculado a la intensa actividad económica que nace de la minería y que posibilitó el milagro de La Unión.

Gonzalo Vicente Pagán

DIRECTOR DE MUSEOS DEL AYUNTAMIENTO DE LA UNIÓN

Esta sede museística supone un punto de referencia cultural, histórico y patrimonial no solo por las joyas expuestas, también por la composición óptima de los espacios, favoreciendo la labor pedagógica que se necesita a la hora de vertebrar un discurso tan complejo como es el origen y el desarrollo de la minería de nuestra zona.

Las piezas del museo suponen un conjunto patrimonial de importante relevancia. El patrimonio industrial que se nos presenta adquiere, de forma singular, un valor todavía más alto al proceder de donaciones particulares, ayudando a la conservación permanente de los artefactos.

La fantástica colección conservada por el Museo nos muestra desde el último malacate de la Sierra Minera, vagonetas, herramientas, cubas y el plano de concesiones de 1907 hasta piezas arqueológicas de época neolítica, ibérica o romana.

Un espacio importante en el Museo es el aula didáctica “Mariano Muelas Espinosa” donde los escolares y otros colectivos pueden realizar talleres y actividades de aprendizaje sobre la minería y el mundo de los minerales.

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